Hace un tiempo, adquirí un cepillo grande para las labores de la comunidad de propietarios donde vivo, y de la que soy presidente en estos momentos.
El problema vino el mismo día en que lo usamos. Se aflojó por todas sus uniones, imposibilitando hacer fuerza correctamente para su uso, y teniendo que trabajar con cuidado para no terminar de romperlo.
La solución inmediata fue ir apretando los tornillos que incorpora, pero hay una pieza que no se puede apretar de forma alguna, y que se va abriendo con cada empujón a la herramienta, como se puede apreciar en las siguientes fotos:
Para tratar de solucionarlo, tiré de ingenio y de abrazadera metálica:
Así, adquiriendo una abrazadera de diámetro mayor al de la pieza de unión, sólo hay que rodear ésta y dándole suficiente apriete, conseguiremos que corrija la abertura que produce el movimiento contra el suelo:
Una vez apretada correctamente, vamos a ayudarla fijando el palo a la pieza de unión con ayuda de los dos taladros que tiene, y que permite clavar o atornillar para reforzar la unión y limitar el movimiento entre ambos. Así que iniciaré la operación con un pequeño taladro a través de cada agujero en el metal:
Para no taladrar el palo de un extremo a otro, coloco la broca con una longitud menor que el diámetro del palo:
Y ahora, es el momento de introducir los tornillos:
Ahora, el cepillo está listo para seguir barriendo un montón más de tiempo. Lástima que al fabricante no se le ocurra hacerlo así para reducir los costes. Un ejemplo de calidad limitada que ha tenido que ser corregida por el usuario.
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