Tras los tres primeros episodios de mi tentativa de ser engañado por unos timadores baratos, vamos a por la cuarta entrega.
Por supuesto, todos los datos que he proporcionado en los diferentes correos son manifiestamente falsos, y la cuenta de correo usada es una que tengo para cosas como esta. Por lo tanto, los riesgos que corro son más que limitados.
Acabo de contestar al último correo solicitando de nuevo mis datos personales, así como la elección efectuada para que me manden el paquete con, recordemos, mi talón de casi dos millones de euros, la camiseta de la Irish Lotto, mi cara gorra (aún no sé que puede llegar a ser), mi Iphon6 6, y mi portátil Apple.
Como buen españolito de a pie, he seleccionado la tercera opción de envío, que me sale más barata, y a pesar de que haya ganado más de un millón ochocientos mil euros, no me corre mucha prisa, la verdad... ja ja ja
Lo cierto es que a las pocas horas, ya tengo de nuevo contestación. La muestro en la siguiente captura:
Como se puede ver, se solicita ya el pago seleccionado anteriormente (650 €) y se puede hacer el pago de dos formas.
La primera, es a través de Western Union. Primera regla de oro para evitar ser estafado. NUNCA hay que enviar dinero a través de estos servicios (Western Union, Moneygram, etc) a nadie que no conozcamos. Detrás de la identidad que aparece en nuestro mensaje, seguro que hay una documentación falsa, por lo que intentar reclamar lo pagado en el futuro (cuando se consumara la estafa) sería utópico.
La segunda, es a través de una cuenta corriente en el Banco Santander. Si bien esta fórmula nos podría resultar más interesante (detrás de una cuenta siempre hay un titular), estos artistas ya se lo tienen montado para que no se pudiera identificar al beneficiario del dinero. Podría ser, como en el caso anterior, a través de una identidad falsa, o bien a través de un incauto de los que trabajan desde casa por unas cantidades elevadas, y que no hacen más que proporcionar su identidad para recibir pagos, y luego, a través de los servicios anteriores de envío de dinero, sacar las cantidades ingresadas, quedarse con una comisión, y enviar el resto limpio de polvo y rastro a los estafadores.
No me voy a molestar en buscar información acerca de los domicilios de ambos métodos de pago. Es muy posible que incluso sean falsos, y luego los receptores se acerquen a cualquier oficina para reclamar su cobro.
A menos que alguno de mis amables lectores esté dispuesto a sufragar el coste del siguiente paso, hasta aquí llega mi historia con estos tipejos. Por supuesto, no voy a pagar cantidad alguna por recibir (o no) un supuesto paquete con el talón y los regalos.
Como conclusión, veo que se trata de una técnica de estafa muy, pero que muy mala, que falla desde el principio, por su baja calidad en los engaños, en la falta de rigor en muchos aspectos, por las malas traducciones, y por la cantidad de regalos "chorra" que acompañan al supuesto premio verdadero.
Un CERO rotundo para sus creadores, que, sin embargo, a base de inundar a los móviles y a Internet con sus anuncios, llegarán a recibir unos cuantos pagos. Espero que tú no seas uno de los que se han dejado engañar.
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