Rápidamente publico la tercera etapa de mi experiencia de ser engañado por una estafa masiva a través de un supuesto premio millonario de la Irish Lotto. Y digo rápidamente porque, casi inmediato enviar el correo a la supuesta compañía para solicitar mi envío, me llega el correo correspondiente.
Bueno, vamos a recapitular. En la primera entrega, mi mujer recibe un SMS anunciándole que le acaba de tocar más de un millón. En la segunda entrega, respondo al correo inicial, dando una serie de datos y recibiendo nuevas instrucciones acerca de cómo conseguir nuestro gran premio.
El tema es que, una vez recibo las últimas instrucciones de quien dice ser el Reverento Cathal Deveney (una más de las burdas falsedades que se pueden ir descubriendo sin mucho esfuerzo), envío mis supuestos datos a la empresa afiliada de transportes que me van a hacer llegar los premios (sí, el principal, y otro de consolación) con la inexcusable condición de pagar los portes.
Como ya anunciaba en la cabecera, rápidamente, en apenas sesenta o setenta minutos, obtengo respuesta a mi correo enviado a (supuestamente RDS Express) enviándome nuevas instrucciones:
El adjunto en pdf que aparece en el correo, lo he abierto y convertido en imagen, para poder mostrároslo:
Y ahora, al leer el folleto y, sobre todo, los precios de entrega, es cuando me da la risa. Vamos por partes...
Lo primero que me llama la atención es el logotipo. No coincide con la denominación de la empresa. Y es que, tras el RDS, o acompañan Express, o acompañana Delivery Service. Poco serio para una compañía a nivel mundial cambiar tanto de denominación en un mismo documento, ¿no? Cualquier asesor de marketing se tiraría de los pelos...
Pero es que... buscando información en google sobre la empresa... me lleva hasta una supuesta web india que, la verdad, aunque pudiera ser legítima (me asaltan las dudas) es peor que cualquiera de las que he diseñado yo hasta ahora:
No hace falta ni decir que la coincidencia de logotipos empresariales sería un punto más de complejidad para el timo, ¿no?
Después hace mención a su pertenencia a la Unión Postal Universal o UPU. Éste organismo existe realmente, y pertenece a la ONU, pero a quien le encargaron el timo no le informaron bien de que no son 129 países los adheridos, sino 191, como se puede ver en la wikipedia.
Luego, para tratar de hacer una mayor (que no mejor) presión y engaño, la propia compañía nos describe el contenido del paquete que nos tiene que hacer llegar. INCREÍBLE. ¡Los empleados saben lo que llevan! ¿y si les da por robarme mis casi dos millones de euros? ¿o por informar a algún clan criminal para que me secuestren? No digamos nada de los cuatro premios de consolación que acompañan al talón millonario (la camiseta de la lotería, el cara libro (ni puñetera idea de qué puede ser), el iPhone 6, y el portátil de Apple).
Por supuesto, me advierten que los métodos tradicionales de entrega no se pueden aplicar a este pedazo de envío. Y amablemente, me comunican que el método diplomático (ahora ya sí que me empiezo a sentir importante, además de casi rico) es el adecuado.
Otra vez me toca rellenar el formulario, a pesar de que en mi correo anterior ya les envié mis datos. Debe ser que mandan cientos de premios de casi dos millones de euros todos los días, por lo que no pueden incluir mi nombre y señas postales, así que me va a tocar volver a enviarlas, junto con la opción de coste del envío en función de la rapidez con la que me lo manden.
Llamativo a más no poder la distribución de costes de los envíos... Sólo calculando los importes de IVA te tienes que echar a reir. Y si no, comparad el primer y segundo método de envío... ja ja ja ja
Creo que echar un sólo minuto en describir las aberraciones matemáticas, como que no merece mucho la pena, ¿verdad?
Bueno, pues vamos al que creo que será el paso final. Rellenaré un nuevo formulario, con los datos de nuevo que me solicitan (nunca ganar un premio me generó tanta burocracia) y veré como se lo estilan para intentar sacarme la pasta. Supongo que algún sistema de pago tipo Western Union o similar. Pero tengo curiosidad...
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