Yo paso bastante tiempo en la calle. Tengo que reconocer que me gusta mucho estar en casa, pero... el tiempo que estoy fuera también lo aprovecho. Me encanta estar con los ojos bien abiertos, y encontrar escenas que son pintorescas para compartirlas luego en este blog.
Tiempo atrás, ya realicé una entrada acerca de un aparcamiento pintoresco. Y en esta ocasión, sigo con el tema.
En primer lugar, os presento a alguien a quien su BMW flamante le importa bien poco. Porque... eso de aparcar contra los arreates de los árboles en las aceras... tiene que doler y mucho.
En segundo lugar, y en consonancia con la entrada que ya enlacé del año pasado, en la que un Opel Corsa se quedó a las puertas del Carrefour aparcado a tres ruedas, os presento la ocasión 2.0, en la que esta vez, un Dacia Duster también se pone a hacer equilibrismo:
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