Hace unos días me ha llegado mi nueva cámara de acción, la nueva Xiaomi YI. Desde que se me estropeó la Contour Roam, he ido tirando con la versión china barata de la GoPro que no tiene ni nombre, y que compré por error buscando una SJ4000, que aunque da el apaño, no es demasiado buena en cuanto a calidad de imagen.
Lo cierto es que, tras haber comprado y probado la SJ4000 de varios amigos, las expectativas estaban bastante altas, y la primera impresión que me he llevado de mi nuevo juguetito no han sido cumplidas.
La primera te la llevas en la frente cuando la recibes. Una pequeña caja de cartón, y en su interior la cámara simplemente, con un pequeño manual en papel, el cable microUSB para cargarla y la batería.
Eso es todo lo que lleva el paquete. Reducción de costes a tope. Por no traer, ni trae caja estanca, ni ningún tipo de accesorio para ubicar la cámara, cuando las SJ4000 y SJ5000 que he adquirido para amigos, sí traen un montón de accesorios. Otro nuevo ahorro de costes.
Una vez sacas la cámara y empiezas a trastear con ella, y a pesar de que ya lo sabía cuando la encargué, ves que no tiene pantalla trasera. Puede que sea para abaratar costes... pero si no funciona bien el wifi... a ver cómo te las arreglas para ubicar correctamente la cámara...
La comparación visual y de tamaños con mi camarita china clónica de clónicos de goPro, es la siguiente:
Hasta ahí, todas las dimensiones parecen casi calcadas. Pero cuando llegamos al objetivo... el tamaño sí parece importar:
Si colocamos la carcasa protectora a la cámara primitiva, las dimensiones empiezan a cambiar también:
El manual de instrucciones al que antes hice referencia, está escrito íntegramente en chino. Podría ser un problema, pero vamos (de nuevo) a considerarlo una reducción de costes.
Eso sí, la salvación la encuentras en la última página del manual. Un código QR que piensas que te llevará a la aplicación de la cámara y que solucionará todos tus problemas...
Pues bien, de nuevo curvas peligrosas. La aplicación no está incluida en el Play Store. De hecho, el teléfono advierte que el origen del software no es seguro, y hay que configurarlo para permitir que se instale. Un riesgo a correr, pero o eso, o no hay forma de configurar la cámara o ver que se está grabando.
El caso es que esta es la primera pantalla que te encuentras:
Tras no tener ni idea de qué hacer a partir de ese momento, picamos en el último cuadro, y a partir de ahí, comienza la instalación (parte en inglés) de la APP que permitirá controlar la cámara:
Cuando tras aceptar (no te queda otro remedio) los privilegios que le vas a dar a la APP se inicia la instalación...
... te sale en pantalla que existe una actualización disponible. Como pinches en download, aparecerá un mensaje de error. (Por lo menos a mí me ha pasado en mi Aquaris 4.5 todas las veces que lo he intentado.)
Así que, tras darle al botoncito de Cancel, (al menos al estar en inglés sabes que vas haciendo)...
... le damos a abrir, y comienza nuestra espectacular aplicación de control sobre la YI:
De nuevo estamos en chino. Un acierto el comprar esta cámara, con lo bien que iban las SJ... En fin, que tocamos sobre el círculo rojo... y comienza a cobrar vida:
De nuevo hay que volver a cancelar el intento de actualización, para evitar el error anterior, y ya comenzamos a ver la luz al final del tunel:
Aunque sigamos en chino, la cosa ya es más gráfica. No tenemos ni puñetera idea de qué ponen las ventanas, pero picamos en la parte roja inferior, donde está el logo de la cámara. Es el momento de unir cámara y teléfono a través del WiFi, y este paso lo daremos en inglés (menos mal):
Encendemos cámara y WiFi...
Seleccionamos la cámara en cuestión (sólo debería salir la nuestra)...
Introducimos la contraseña de la WiFi proporcionada por la Xiaomi YI (por defecto 1234567890), y que se puede cambiar más adelante...
... y se conecta a la cámara:
Una vez conectada, empezamos a ver en una ventana del teléfono lo que recoge el objetivo de la cámara, si bien volvemos a tener en pantalla una mezcla de inglés y chino no muy agradable:
Al menos, la información importante viene en inglés, como es batería de ambos dispositivos, y menú superior para seleccionar modo de grabación de la cámara, en vídeo o en fotos.
En el vínculo superior derecho, tenemos el acceso a la configuración de la cámara:
Lo primero que echo en falta es una opción para colocar la cámara boca abajo, y poder grabar desdde un parabrisas. ¡Si es que todas lo tienen! ¿cómo que ésta no puede?
Y una de las opciones de dicho menú de configuración, es el manual de instrucciones, en un estupendo chino...
Bueno, pues hasta aquí mi primer contacto con la cámara. No he podido avanzar mucho más, porque casualmente, mi querido Aquaris 4.5 se ha estropeado, y no me ha dado tiempo a configurar su sucesor.
Puede parecer (de hecho lo parece) que todo son pegas con esta nueva cámara. Pero lo cierto es que en todas partes la ponen muy bien, y las grabaciones que hace son muy buenas. Me ha dado tiempo a grabar algo en la bici con los niños, y da igual que vayas a contraluz con el sol ya muy bajo. Da una calidad de imagen muy, muy buena.
Aunque también he comprobado que si llevas el WiFi activado, se oye un ruido de fondo. Y precisamente, el sonido ambiente, a pesar de no llevar la caja estanca, no es muy claro.
Respecto a precios y tiempos de espera, a mí me ha costado unos ochenta euros, y más de un mes de espera, comprándola en Aliexpress. Por ese dinero, una SJ4000 WiFi viene súper equipada, pero la calidad de imagen de esta cámara debería merecer el esfuerzo.
Ya he encargado una caja estanca, y una funda protectora para la lente en caucho. Al menos eso debería venir en el paquete inicial, incrementándole el precio lo necesario. De fijaciones, ando más que sobrado con mis cámaras anteriores, ya que todo es más o menos compatible gracias a su rosca universal.
Y también he hecho algunas averiguaciones respecto al software de la cámara y la app. Al parecer todo está evolucionando, y rápido, y no debería costarme mucho trabajo arreglar los defectos descritos. Perp para eso necesito algo de tiempo y ya compartiré aquí mis experiencias.
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