Otra entrada que va cogiendo impulso. Y es que tras la primera, segunda, tercera y cuarta entregas, vamos con la cuarta, cargada de nuevo de material surrealista.
1. Citroën Saxo.
Pasando a su lado, me fijé en que le brillaba algo en el soporte del espejo. Y cuando lo ví más cerca, no lo podía creer. Lo habían fijado con una pletina y unos tornillos...
2. Opel Astra.
Parece ser que los espejos van a ser uno de los fuertes en esta serie de entradas. Como ejemplo, el espejo encintado de un Opel Astra...
Y me pregunto yo... ¿hasta que velocidad aguantará la cinta?
3. Mercedes clase E.
Este Mercedes Clase E me lo encontré un día a la puerta del colegio, y me llamó poderosamente la atención el roce en la aleta trasera izquierda, que se llevó por delante el junquillo de la puerta.
Ni corto ni perezoso, el propietario lo ha fijado a la misma de la forma más expeditiva y chapucera posible, con unos remaches o tirafondos.
Y eso está convenientemente adornado por unos tapacubos de Carrefour, que la verdad, hacen poco atractivo a un antiguo pero señorial vehículo ya clásico.
Parece ser que los espejos van a ser uno de los fuertes en esta serie de entradas. Como ejemplo, el espejo encintado de un Opel Astra...
Y me pregunto yo... ¿hasta que velocidad aguantará la cinta?
3. Mercedes clase E.
Este Mercedes Clase E me lo encontré un día a la puerta del colegio, y me llamó poderosamente la atención el roce en la aleta trasera izquierda, que se llevó por delante el junquillo de la puerta.
Ni corto ni perezoso, el propietario lo ha fijado a la misma de la forma más expeditiva y chapucera posible, con unos remaches o tirafondos.
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