Cada vez que pasamos por Decathlon, mi hijo mayor se pega media hora dándole al saco de boxeo que tienen en la exposición.
Por ello, creemos que Papa Noël se ha dado cuenta, y estas navidades ha regalado un saco para niños a mi primogénito, que ha recibido con gran alegría.
El problema me ha llegado a mí en forma de soporte para colgarlo. Pero bueno, hacer uno provisional tampoco cuesta tanto (o al menos eso creía).
Lo primero, una barra de hierro. Aprovechando una barra que tenía en el trastero de perfil rectangular de 60x40 mm, he cortado un trozo a la medida de las esquinas del armario de la habitación de los niños:
Una vez cortada, hago una primera prueba, colgando el saco con un hilo gordo que amablemente me prestó mi mujer. Lógicamente, intento ubicar el saco lo más alejado posible de los armarios:
Comprobado que hay espacio para que los niños le puedan golpear sin que roce excesivamente con los armarios, y que deja espacio para hacer vida normal, comienza el proceso "fino".
Lo primero, marcar las posiciones del perfil en las zonas de apoyo del armario, para recortar los sobrantes y prevenir posibles accidentes futuros:
Repito el proceso en ambos extremos, para luego cortar convenientemente con la amoladora radial y dejar enrasado el perfil.
Una vez presentado el perfil y confirmado que todo encaja a la perfección, toca diseñar la unión al armario. Para evitar sorpresas, coloco cuatro fijaciones por cada extremo, por lo que me toca taladrar ocho agujeros pasantes:
En la parte superior, he de poder introducir la punta del destornillador eléctrico, por lo que toca agrandarlos notablemente. En la parte inferior han de permitir el paso a los tirafondos, que no serán muy largos (para que no traspasen la madera de los armarios) ni muy gordos, para no dejar demasiada marca si en el futuro se quita el soporte:
Durante el proceso de ampliación de los agujeros, las brocas empleadas se van gastando, como se puede apreciar en el último efectuado, que ha calentado sobremanera el propio hierro, cambiando incluso de color:
Una vez hechos los agujeros, que permiten el paso del tirafondos en la parte inferior, y el de la punta del destornillador en la superior, toca fijar el saco en su sitio. Para ello, busco y marco el centro de la barra de soporte:
Y me preparo a soldar unos soportes que he encontrado en Leroy Merlin:
Mi primera intención es sujetarlos mientras sueldo con unos pequeños imanes:
Pero resulta infructuoso. El electrodo me desplaza las piezas enteras cuando lo retiro, y no termino de soldar en condiciones:
Así que lo intento con un método más tradicional, un sargento de apriete:
Ahora ya se puede soldar con garantías. Eso sí, el material se funde con enorme facilidad, por lo que hay que ir con cuidado. Menos mal que en el blister vienen varias unidades, y en caso de problema, la radial y el repuesto permiten segundas y terceras oportunidades. Afortunadamente, no ha sido mi caso.
Una vez acabada la soldadura y limpia...
Toca pintar. Primero, he dado una capa de minio protector a toda la barra:
Aún no tengo claro por qué, pero cada vez se me da peor pintar a brocha. No sé si es que no pongo la atención necesaria, si las brochas son malas, o si el minio no está en su mejor momento, pero... los acabados son limitados:
Menos mal que la barra está colgada a dos metros y medio del suelo, es algo provisional, y la atención ha de ir, inexorablemente al saco y no al soporte. Decido no prestarle mayor atención, y seguir con el proceso, para no dilatar en exceso el motivo final del mismo, el disfrute del saco por parte de los niños.
Ahora toca pintar a spray. He elegido un color naranja, como el de los tiradores de los muebles de la habitación de los críos, y antes de pintar, protejo la argolla antes soldada, simplemente con celo ancho (no encontraba la cinta de carrocero):
También protejo con plásticos el lugar del pintado, para evitar manchas desagradables:
Y empiezo a agitar y a usar el spray elegido:
Le aplico un par de capas, y mi sorpresa viene cuando me doy cuenta de que el viento ha movido el plástico protector del suelo de la terraza, y se ha pegado a la pintura fresca. Al separarlo... arranca hasta el minio...
Después de lijarlo, aplico directamente pintura naranja en spray en la zona afectada, que no termina de funcionar bien:
Como me repito, esto es algo provisional, se encuentra a elevada altura, y no va a ser el centro de atención. Por tanto, lo dejo como está (muy a pesar de mi carácter perfeccionista) y lo subo a su sitio:
Con unos clavos largos y un martillo, marco dónde irán los ocho tirafondos:
Y hago unos taladros con una broca muy fina, simplemente para iniciar el atornillado de los tirafondos:
Instalo los primeros tornillos:
Y finalizo la totalidad de las sujeciones:
Con la barra convenientemente fijada a los armarios, toca colgar el saco. Para ello, empleo unas cinchas de apriete. Son una solución flexible, limpia y cómoda:
Auxiliada por unos mosquetones de aluminio, que permitirán un montaje y desmontaje rápido y sencillo en caso de necesidad:
Una vez presentado el saco, cortamos el sobrante de la cincha. De esta forma, no estorbará ni provocará molestias o accidentes en el futuro:
Uno de los mosquetones lo dejo para el soporte de hierro:
El otro se queda en el saco. Permitirá subirlo y fijarlo arriba si es necesario, sin tener que desmontarlo, en caso de que estorbe temporalmente.
En definitiva, un juguete para que los niños se ejerciten, con un soporte donde colgar de carácter provisional, que por cuatro duros, aunque cierto trabajo, permitirá que los niños se ejerciten dentro de casa en todo momento.
Lástima que el proceso de pintado no haya colmado mis expectativas. Tengo como tarea pendiente perfeccionar (y mucho) mi calidad de pintado. Pero ya hay proyectos en mente y en marcha que me permitirán volver a ejecutar esta faceta.
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