Cita del día.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Tapando huecos en cama litera.

Desde que pusimos la cama litera en la habitación de los niños, en hueco alargado que hay entre la pared y la cama de arriba no ha dejado de engullir objetos de todo tipo. Cuando la necesidad ha acuciado, hemos tenido que separar la cama de la pared y sacar lo que haya caído, y cuando no, ha pasado al limbo durante mucho tiempo todo lo tragado.



Héte aquí que hace ya muchísimo tiempo, encontré en una web un truco para este problema. Hace ya tanto tiempo de aquello que no sé ni por donde buscar para enlazarla aquí, y agradecer de esta forma la inspiración. Y se trata sólo de utilizar un churro flotador para natación y tapar el hueco que queda entre cama y pared.

Eso sí, lo que encontré no dejaba de ser un poco básico, y como buen emprendedor, lo he adaptado y mejorado notablemente.

El material fundamental para el brico: Dos churros de natación, con un coste aproximado de unos cinco euros en Carrefour.


Como la longitud de la cama es superior a la del churro flotador, he comprado dos, y para su unión, aprovechando el hueco interior, he comprado un perfil de madera redondo, en mi caso de 14 milímetros de diámetro, que, algo ajustado, encaja en el interior de los churros:



 Ahora bien, la longitud del tubillón de madera (ojo, podría ser de cualquier otro material) es superior al de la estructura de la cama:



Ajustando bien la madera a uno de los extremos... marco el sobrante:




Y toca cortar. Lo más recto y limpio posible:


Con el tubillón de madera introducido completamente en el primer churro, ajusto el segundo, para conocer la longitud que necesitamos:


Y con un cuchillo que corte especialmente bien (yo he empleado uno de cerámica), cortamos el sobrante, con la condición de dejarlo aproximadamente un centímetro más largo de lo necesario. Así, el churro ajustará mejor en el interior de la estructura de la cama.



 Luego, se introduce el trozo de churro recortado, con cuidado y buena letra, que la madera entra justa y si hacemos mucha fuerza, podemos romper o la madera, o el churro. Interesa hacerlo en postura vertical, para minimizar los riesgos y aplicar la mayor fuerza posible:


Una vez juntos, la unión queda más que bien. Siempre y cuando unamos las partes que no han sido recortadas:


 Separamos la cama de la pared, lo mínimo posible para que el más pequeño de casa pueda recoger los objetos caídos durante las últimas semanas y pasar, ya que estamos, el aspirador...


 ... y volvemos a empujar la cama contra la pared, hasta donde llegue. En mi caso, el rodapié de piedra natural la separa al menos dos centímetros, el hueco que queremos taponar.


Una vez la cama en su sitio, introducimos a presión el churro. Como la longitud de la madera es exacta, y la del churro un centímetro mayor, queda bastante bien aprisionado, con lo que no baila en el hueco.




Alguno os podréis preguntar por qué utilizar un tubillón del total de la longitud de la cama, en vez de un solo trozo que uniera ambas partes del churro. La explicación es que la madera aporta rigidez al conjunto, no sólo la unión de ambas partes, y de esta forma, el churro no perderá la forma por más que se apriete desde arriba, impidiendo que vuelva a dejar huecos o incluso, se introduzca entre cama y pared.

El ajuste entre churro y madera es tal, que no he empleado producto químico alguno, lo que se traduce en una ventaja de cara a la inhalación de vapores potencialmente tóxicos.

Así que, a mi modo de ver, se trata de una gran (y simple) ejecución que se puede extrapolar a otros muebles o utensilios de casa. ¿no os parece?

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