Hace ya tiempo, aparcando mi vulgar Renault Megane junto al Carrefour, observé a mi lado un lujoso Mercedes Benz.
Creo recordar que se trataba de un Clase C, algo antiguo ya, posiblemente de finales del siglo XX incluso, principios del siglo XXI.
Y no acierto a recordar el motivo que hizo que me fijara en sus llantas... que me produjeron una enorme sorpresa:
En fin, que quizás lo que nos venden como calidad, no lo es tanto... aunque vete a saber. En todos estos años, a lo mejor el coche ha sufrido diferentes agresiones, o quizás esa llanta esté (mal) reparada...
Pero lo que está claro, es que no cuadra con la imagen de una marca premium donde las haya.
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