A todos nos gusta tener nuestro coche diferenciado del resto, y a continuación pongo tres ejemplos que me he ido encontrando por nuestra querida ciudad:
1. Ford Escort/Orion.
En este primer ejemplo, alguien tiene una devoción tremenda por un chavalín, hasta el punto de llevarlo como pegatina translúcida en el cristal trasero.
Yo tengo mi opinión al respecto, pero claro, no es nada comparada con el amor de padre, tío o abuelo hacia el chaval en cuestión. Además, es más que posible que lleve aparejada una historia.
2. Volkswagen New Beetle.
Aquí tenemos la versión moderna de Herbie. La verdad es que le ha quedado muy, pero que muy elegante. O por lo menos, a mí me lo parece.
Yo me lo encontré en el Cerro Gordo, si bien no sé si parará mucho allí, porque no lo he vuelto a encontrar aparcado otras veces que he pasado por el lugar.
3. Renault Twingo.
El último de hoy es un precioso Renault Twingo. Está decorado por Talleres Rafael, y también me ha atraído un montón.
La verdad es que han hecho un trabajo muy discreto, elegante y racing sobre la base de un coche tan feote como el Twingo. Me pregunto si será un diseño original, porque de ser así, habría que aplaudirles.
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