El otro día, tras jugar al pádel, me encontré un precioso Renault Captur. Ahora que están tan de moda los vehículos denominados SUV, me dí cuenta de un detalle que no me gustó nada.
Éste es el coche que ví. Un precioso Renault Captur nuevecito, y que tiene pinta de no ser precisamente de los de flotas, sino de tener un acabado bastante alto:
El caso es que el Captur en cuestión estaba aparcado justo al lado de mi coche, y cuando me giré, vi a través de las preciosas llantas de aleación lo que me pareció un freno de tambor:
Me extrañó mucho, y directamente me fui al eje delantero, donde encontré los frenos de discos que ahora montan todos los coches, de gran diámetro y ventilados.
No cabía en mi asombro. ¿Cómo puede ser que en pleno siglo XXI un coche pueda montar frenos de tambor? Aunque sea en el eje trasero, donde la frenada es muy inferior al eje delantero, aunque sólo sea por sencillez y estética, no veo para nada aconsejable los arcaicos tambores.
El caso es que me he interesado en la web de
Renault, para confirmar o descartar lo que me pareció ver en directo, y yendo al apartado de frenos del Captur, me encuentro lo siguiente:
Ampliando la imagen... vemos que en el eje delantero lleva discos ventilados de 280 mm de diámetro (DV-280), mientras que en el trasero... lo que lleva montado no concuerda con la nomenclatura de los frenos de tambor (T) o de disco (DP o DV), sino un misterioso MO-9.
Por cierto, he intentado configurar diferentes acabados y motores, tanto en diésel como en gasolina, para ver si cambia el sistema de frenado y, aparentemente, todos llevan el mismo kit de frenos.
Para mí, personalmente, se trata de un regreso al pasado. De todos son conocidas las desventajas de los frenos de tambor, como un elevado peso, facilidad para bloquearse, menor capacidad de frenado en caliente, mantenimiento más complejo, etc.
Y de estética... ya ni hablamos. Supongo que a más de un comprador que no se haya dado cuenta de este detalle le pesará más de una vez cuando vaya a lavarlo...
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Gracias.