La feria de San Mateo, en Elvas.

Desde hace ya varios años, en mi familia somos asiduos a la Feria de San Mateo, en Elvas.

Las razones son muy explícitas.

La feria se encuentra a apenas diez minutos en coche de Badajoz, por lo que no supone ningún problema acercarse a la misma. Es más, seguro que si cuentas mientras buscas aparcamiento, llegas antes que a la propia feria de Badajoz, situada sobre la frontera hispano-portuguesa.

En este tipo de ferias portuguesas, recuperan la tradición de la feria, es decir, de la llegada al lugar de comerciantes de otros sitios que venden sus productos, y no sólo de las fiestas, como estamos acostumbrados a este lado de la frontera:

Es más que habitual adquirir en estas ferias prendas de piel, vajillas en barro, barbacoas y parrillas de gran calidad, mobiliario en piel, cacharrería variada...

Se puede comer en la propia feria, ya sea de pie, ya sea sentado, con una calidad y precios que ya nos gustaría ver por aquí:

Y los cacharritos para los niños, y no tan niños, a un precio que no tiene nada que ver con España. En la mayoría de las atracciones, por diez euros te llevas, al menos, diez viajes. IMPOSIBLE DE VER EN OTROS LARES.

Aunque sólo sea por pasear, por ver de la artesanía portuguesa, comerte una bifana, o un cachorro quente, o un pao com chouriço y ver a tus pequeños hartar de montarse en las atracciones, merece la pena acercarse a la feria. Y más ahora que Elvas celebra su proclamación como patrimonio de la humanidad.

De hecho, en el pabellón cerrado, se pueden ver varias fotografías aéreas, tanto de Elvas como de otras localidades hispano portuguesas, publicitando su faceta turística...

... así como algunos vehículos ciertamente especiales:

Y todo lo anterior, sin renunciar a la parte religiosa que da lugar al evento, y que ya estamos acostumbrados a haber perdido de vista en nuestro país:

En fin, unas ferias y fiestas entrañables y económicas, que visitamos año tras año. A pesar de que a estas alturas de septiembre, llegan tanto el fresco como las lluvias, desluciendo un tanto su comodidad.