Este año, como de costumbre, la suerte nos ha sido esquiva.
Queda mirar la lotería compartida con los compañeros de trabajo, que supongo que ya habrían dicho algo al respecto, pero mirando la que tengo en casa, y principalmente la compartida con la familia, hemos rozado la suerte, con 100 euritos en uno de los números, el 26.942, agraciado con la famosa pedrea que parece que nunca toca a nadie.
Por lo demás, otros veinte euros en una participación del sindicato, y el reintegro en otra de las participaciones familiares.
Tengo muy claro que los juegos de azar son la bicoca de las diferentes Haciendas nacionales, por lo que no juego nunca a nada, a excepción de la lotería de navidad, por tradición y tener una ilusión que compartir con quienes quieres o valoras especialmente.
Como reza mi pensamiento, esta vez no tenemos ni para lo invertido, como suele ser habitual. Esperaremos otro año.
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