Siempre me ha gustado la idea de poner un espejo auxiliar para controlar las plazas traseras. Y más en mi caso, con tres niños de corta edad, que se pelean, que se quitan los cinturones, que se duermen y se les cae la cabeza a los lados...
Es un invento que llevan algunos monovolúmenes, como el Citroën C4 Picasso, y sobre el que me baso para realizar mi invento.
Lo primero, buscar el espejo en cuestión. Lo localicé en Citroën, aunque hace ya tanto tiempo que no recuerdo la referencia, y creo recordar que me costó entre 25 y 30 euros.
Luego, a buscar una chapita, en mi caso de aluminio, que introduciría entre el acolchado del techo y la luna delantera, ya que queda bastante hueco, y se sujetaría por la parte inferior sobre el soporte del retrovisor original de mi 307, para lo cual hay que hacerle una pequeña caja:
Hasta el momento, sólo estamos ubicando la chapa para que no se caiga ni se mueva en la posición elegida.