En su día (y ya ha llovido desde entonces) intercambié las puertas del salón y la cocina, ya que son simétricas e idénticas, y me venía mejor la nueva disposición que la original, ya que adquirí una rinconera para mi estupenda cocina de la que hemos disfrutado durante todos estos años.
El problema radicó posteriormente en que la puerta grande del salón dificultaba la operación con los conmutadores de las luces de éste, y había que cerrar parcialmente la puerta para poder acceder a los mismos.
En la cocina no ocurrió nada, ya que quedaron los interruptores en el pasillo, si bien, más adelante los meteré en la cocina. Es uno de los bricos que sigo teniendo pendiente, y que más juego me darán en el día a día.
Pero vamos a centrarnos en el brico actual. Esta es la situación original:
En la cocina no ocurrió nada, ya que quedaron los interruptores en el pasillo, si bien, más adelante los meteré en la cocina. Es uno de los bricos que sigo teniendo pendiente, y que más juego me darán en el día a día.
Pero vamos a centrarnos en el brico actual. Esta es la situación original:
Como han pasado ya un montón de años, y no nos acostumbramos a esta molestia, decidí tomar cartas en el asunto y pasarlos, como se ve en la siguiente fotografía, desde uno al otro lado de las puertas, eso sí, haciendo la menor obra posible.
Lo primero, buscar el hueco entre el precerco y el marco de las puertas, para lo que hay que desmontar el tapajuntas:
Introduciendo una espátula, y haciendo palanca con cuidado, conseguimos desclavarlo sin marcar ni la pared ni las propias tablas:
Una vez extraída la tapa, podemos apreciar la distancia existente entre el precerco y los marcos de las puertas, que pueden alojar, sin problemas, los cables de los conmutadores:
Hay que recordar quitar todos los clavos casi invisibles que fijaban los tapajuntas, para evitar accidentes:
Algunos habrán quedado alojados en los propios tapajuntas, y hay que quitarlos por la misma razón:
Para no ir perdiéndolos todos, y evitar accidentes con los niños, lo mejor es usar un pequeño imán que los mantenga. En mi caso, procedente de un viejo altavoz:
Una vez desmontadas las maderas, toca con la parte eléctrica. Lo primero, abrir el doble conmutador, para ver cuantos cables hay que duplicar:
En este caso está todo muy claro, hay seis cables, de los que van muy claramente codificados hasta el otro conmutador. Una lámpara se gobierna con dos cables marrones y otro gris, y la otra lámpara con dos grises y uno marrón:
Una vez conocidos número de cables y colores (para organizar) toca empezar con la obra en sí. Hay que llevar un macarrón desde el mecanismo actual hasta el hueco de la puerta...
... y otro desde el otro lado de la puerta hasta el hueco que abriremos en la pared para instalar una nueva caja de mecanismos:
Empezando por la segunda parte, marcamos con lápiz el lugar exacto dónde irá la caja de mecanismos, y que debería coincidir en altura con el mecanismo original para no destrozar la estética de las paredes:
Ahora toca empezar a abrir el precerco para alojar el paso de los cables. Para ello empleo una broca de madera, a la que convenientemente limito su entrada con cinta de carrocero.
Marcando el ancho a eliminar en el precerco, comienzo a taladrar:
Una vez acotado el paso de los cables, toca deshacerse de la madera. Para ello empleo una broca más ancha, que eliminará mucho material con poco esfuerzo y bastante rapidez. También la limito, para evitar daños en el precerco:
Los restos salen fácilmente con un destornillador plano y algo de paciencia:
Me hubiera ido mejor con un formón, pero no lo encontré...
Una vez acabado el hueco en el precerco, nos vamos a hacer el agujero para la caja del mecanismo a empotrar:
El proceso es muy similar, aunque esta vez lo haré con una broca de widia:
Una vez recortado el perímetro, para evitar daños en la pared, con unos cuantos taladros centrales comienza la operación de golpeo:
Con paciencia se elimina el material de la pared para dejar acceso a la caja. En mi caso me encontré poco ladrillo y mucho yeso, lo que me complicó bastante la operación:
Pero pacientemente se va agrandando el hueco hasta que cabe perfectamente enrasada la caja:
Acabado el lado derecho de la puerta, toca repetir el proceso con el lado izquierdo, donde están originalmente colocados los mecanismos:
Aquí afortunadamente, y a pesar de ser un mayor recorrido, encontré ladrillo, que se elimina rápida y fácilmente:
Y tras repetir el proceso descrito en la madera del precerco, ya tengo acceso a la puerta:
Ahora toca introducir los macarrones en las paredes ya abiertas. Para ello, se humedecen previamente, a fin de que el yeso que empleemos no se seque prematuramente:
Comenzamos a aplicar el yeso en el hueco de la caja empotrada, y la colocamos en su sitio junto con el primer trozo de macarrón:
Y ahora repetimos operación con la caja original de mecanismos y el macarrón hasta el hueco del precerco:
Tras aplanar el yeso lo mejor posible (mis paredes son rugosas a base de gotelé)... dejamos que seque ligeramente. Luego empezamos a meter los cables. Para seguir con los colores originales, he introducido dos juegos de cables, uno de dos negros y uno marrón, y el otro de dos marrones y uno negro:
Los cables ya llegan al hueco de la puerta...
... y hay que ir colocándolos con cuidado:
Ahora, desmontamos el mecanismo original,, y con unas clemas de conexión, montamos los cables agrupados siguiendo los mismos colores:
Ahora hay que introducir todo el conjunto en la caja original...
Tras haber guardado clemas y cables en el hueco donde antes quedaba el doble conmutador, éste lo volvemos a utilizar en su nuevo alojamiento. Como llevaba los cables agrupados, volver a colocarlos es un juego de niños:
Instalando el mecanismo en su sitio, todo queda perfecto:
Y volviendo a colocar el embellecedor, parece de serie:
El doble conmutador ya está en su nuevo emplazamiento. Ni decir que funciona... pero ahora queda colocar una tapa ciega en el antiguo lugar. Buscando en el trastero encuentro una y me ahorro tener que salir de casa a comprarla. Pero...
... aunque no se aprecia bien en la foto, al ser antigua, está descolorida, y de blanco inmaculado, la parte frontal ha pasado a ser amarillenta.
En esta foto debería apreciarse la diferencia, pero no se ve muy bien.
Total, que me he buscado un par de botes, uno de imprimación y otro de pintura blanca brillante, para arreglarlo:
Así que le doy una capa de imprimación...
... y me queda tan bien, que me ahorro dar la capa de pintura.
El caso es que me toca ahora pintar los parcheados de la pared, y como ya no sé si me quedan restos de la pintura, procedo a pintarla por entero, aprovechando para darle ahora un tono algo más oscuro:
Y en la nueva ubicación de los conmutadores, éste es el aspecto:
Como se puede apreciar, se trata de una operacion que dota de una mayor comodidad a la vida en el salón. A pesar de que se genera cierta cantidad de escombros y de virutas de madera, son muy limitados, y me ha tocado pintar de otro color, ya que no me quedaban restos del color que presentaba originalmente la pared.
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