Cita del día.

domingo, 6 de enero de 2013

Luz de freno LED para Renault Megane '2000

Los que me conocen, saben que soy un entusiasta de las luces LED. Por consumo, por duración, y en muchos casos, por tono de luz aportada. Y en el coche, más aún.

Llevaba tiempo dándole vueltas a cambiar la lámpara de la tercera luz de freno de mi megane del año 2000 pero por más pruebas que hacía, ninguna me daba potencia suficiente. En el 307 tengo las luces de posición en rojo, y quedan auténticas, rojas, rojas, rojas. Pero son son lo bastante potentes para sustituir la luz de freno, en casi todos los coches de 21W, frente a los 5W de las de posición.

El caso es que hace ya muchos meses, se fundió la lamparita en cuestión. Ha trabajado durante 12 años, así que no es que haya salido para nada mala... pero es una lámpara algo especial, una W16, con la misma forma que la W5W (o T5 en algunas páginas web) pero del triple de potencia.

Y se ha tirado sin la citada luz mucho, mucho tiempo, buscando la forma de cambiarla por una LED que diera una luz decente, lo más roja posible, y sin tener que modificar en lo posible la instalación. Pero era ciertamente complicado.

De momento, el alojamiento ya estaba despiezado, y para mejorar el reflejo de la luz, pinté de blanco el interior de la cápsula envolvente:



A continuación se puede ver el soporte metálico donde se fija el difusor de luz, que además, sirve de refrigeración al enorme calor generado por la bombilla, y posteriormente, soporte para el nuevo invento:


Y el citado refractor, con el conector eléctrico solidario:

Buscando, rebuscando, hojeando, en una de estas ví en la web de dealextreme con unas lámparas de múltiples LED, con una potencia lumínica interesante, y de tamaño adecuado a la luz de freno central del coche, y seleccioné la que por tamaño y luminosidad, podría adaptarse mejor:



La referencia es 12W 3500K 800LM Warm White LED Emitter Metal Strip (12~14V)

Pues bien, una vez en mi poder, empiezan las pruebas:


Lo primero, soldarle unos cablecitos, y alimentarla con un transformador reciclado:




Y una vez comprobado que luce en condiciones... presentarla sobre su ubicación, para ver que efecto produce tras el plástico rojo:


Viendo que esto ya es más que aceptable, me pongo manos a la obra con la segunda parte, la instalación en la luminaria original.

Lo primero, es deshacerme de todo lo que no me va a hacer falta, como el refractor, que como lleva incorporado el conector original, me va a obligar a modificar la instalación en el coche. Y seguidamente, buscar una chapa o pequeña pletina para dos cometidos:

1. Evacuar el calor que genera la luz, que a pesar de ser LED, también se calienta.
2. Servir de soporte en la luminaria original.

Reutilizando un trozo de perfil de aluminio, lo corto a 150 x 25 mm, que no es muy crítico, pero permite su utilización cómodamente.


Seguidamente, marco la tira de LED en el aluminio, centrada en ambas dimensiones, y calco los agujeros de sujección.


Una vez taladrado, en principio a 2,5 mm de diámetro, el mismo que el de la tira LED, vemos su estado:


Ahora marco el centro en la dimensión más larga, para hacerla coincidir con el centro de las aletas metálicas de sujección de la lámpara original, previamente dobladas a escuadra:



Taladramos la pletina a una distancia prudencial de la marca de la tira LED...


La confrontamos con la luminaria original, y también taladramos guiados las pletinas metálicas dobladas:



Presentamos el conjunto, para ver como queda el soporte:



 Como ya indiqué, los taladros estaban todos hechos a 2,5 mm de diámetro, a fin de utilizar los remaches más pequeños que he podido encontrar, auténticos alfileres. Pero héte aquí, que la remachadora no es capaz de manipularlos, por lo que tuve que agrandar todos los agujeros a 3 mm, incluso los de la tira LED, con el riesgo de estropear los circuitos impresos, si bien, con cuidado, no ha ocurrido nada, ni tampoco ha cortocircuitado el remachado posterior los dos polos de la tira.



Como se puede apreciar, con los remaches de 3 mm, la cosa queda justita... pero no ha dado problemas.


Una vez fijada la tira a la pletina, se fija la pletina a las chapas metálicas originales de la luminaria:


Quedando así por la parte trasera:


Y por la delantera:


Una vez ya en esta situación, sólo queda soldarle unos pequeños cables a la tira LED, y bajarnos al garaje, a instalarla definitivamente en el coche.


Este es el conector original de la lámpara de tercera luz de freno. Sin contemplaciones... se corta.


Ahora se presenta la nueva luz en su sitio, y se ve como quedan los cables para proceder a soldarlos.


Para ello, o bien una buena alargadera, o bien un soldador de gas:


Protegemos la zona de trabajo, para evitar quemaduras o caídas de gotas de estaño:


y procedemos a soldar ambos cables, teniendo en cuenta que las luces LED tienen polaridad, así que previamente, debemos conocer cuál es el cable del positivo en la luz original, y soldarlo al cable rojo que fijé previamente en casa. Para dejarlo todo mejor, previamente he introducido sendos tubos de macarrón retráctil.


Este macarrón retráctil actúa como aislante, similar a la cinta aislante, pero con la ventaja que el calor del tórrido verano extremeño no sólo impedirá que se despegue, sino que, en todo caso, lo fijará aún más a las soldaduras.


Fijamos finalmente el invento a su alojamiento original, cerrando la tapa embellecedora, y éste es el resultado:



Como se puede apreciar en las fotos, el flujo de luz es significativo, y el color, casi el mismo que las lámparas de freno convencionales. Todo un éxito.








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