Cita del día.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Instalación de nuevo escudo en la puerta del domicilio.

Últimamente estoy muy sensibilizado en el tema de la seguridad en el hogar. Si lees las noticias, se puede ver que se siguen dando los robos en domicilios, y aunque en mi casa poco (o nada) se iban a llevar, la sensación de encontrar tu hogar revuelto, creo que no debe ser demasiado agradable.

Así, que me he puesto a investigar un poco por internet, y resulta que abrir la puerta de una casa es (relativamente) fácil, debido a que no se lo ponemos demasiado difícil a los amigos de lo ajeno.

Uno de los puntos débiles de toda puerta (por muy acorazada que sea) es el bombillo de la cerradura o cilindro. Tradicionalmente, los ladrones han atacado estos cierres por su exterior, empleando para ello grandes alicates o llaves grifas, con las que fracturar el cierre y extraerlo para, después, manipularlo con un destornillador y abrir la puerta, sin ruidos y sin esfuerzos.

Para evitarlo, se empezaron a colocar escudos de seguridad, como el que tengo en la puerta de mi casa, que evitan que se pueda amordazar el bombillo para su destrucción:


Los tornillos de sujeción, ocultos, atraviesan toda la puerta, y se accede a ellos por la parte interior, tras desmontar el embellecedor:


Pero con lo que no contaron los fabricantes, es que los ladrones además de ser (en algunos casos) listos, tienen mucho tiempo para ingeniar nuevas formas de ataque. Si se coloca un escudo como el anterior, en vez de atacar el cilindro por su exterior (el escudo lo protege fielmente), se le ataca frontalmente, y se emplea un pequeño taladro y un extractor.

Para resolver este nuevo problema, los fabricantes han desarrollado nuevos escudos, que impiden que se pueda extraer el cilindro una vez fracturado, y de esta forma, impedir que se pueda manipular posteriormente la leva de accionamiento de la cerradura.

En mi caso, aunque hay de muchas marcas y especificaciones, por comodidad y rapidez, he comprado éste por sólo catorce euros:


Una vez desmontado el embellecedor trasero y el escudo, lo intento colocar en el hueco que deja el anterior escudo, que va embutido en la puerta, pero... me doy cuenta de que no quiere entrar. Las posiciones relativas del bombillo y del hueco en la puerta no son totalmente simétricas, y este nuevo elemento, por muy poco, no entra:





Como es muy poco lo que estorba, decido atacar de raíz el problema:

1. Marco el sobrante de madera de la puerta:


2. Desmonto parcialmente el sistema de cerraduras, levas, y cierres de la puerta:




En este tipo de puertas, es muy importante no desmontar los tornillos que se ven a continuación. Si se hace, luego se desmontan los largueros que accionan las cerraduras, y es lioso (y guarro, debido a la grasa existente) volver a colocarlo en su sitio. Mejor no desmontar, y todo es más rápido:



3. Coloco una broca fresadora en el taladro de mano:



4. Y a rebajar el sobrante para que pueda entrar el nuevo escudo:




hay que ir dando pasadas continuas y no muy fuertes, para intentar que siga quedando una forma lo más circular posible, y sobre todo, no nos pasemos rebajando. Luego sería difícil de arreglar...


Al intentar introducir manualmente el escudo, veo que entra, pero muy, muy justo... y no llega a cerrar completamente el hueco:



En vez de seguir agrandando el hueco, prefiero dejarlo ajustado, y para ello, utilizo la herramienta fundamental de todo buen bricolero, eso sí, suavizada convenientemente...



Ahora, además de bien, queda ajustada.



Llega la hora de atornillar el escudo por la parte trasera. Lamentablemente, el kit adquirido tiene los tornillos con cabeza plana. Nunca me han gustado... y ahora veréis por qué, al escaparse el destornillador... 


Tras pasar muchos minutos intentando atornillar el escudo, con resultado negativo, y tras intentar alinearlo con un destornillador, haciendo fuerza con el destornillador eléctrico a la vez que gira (ver el resultado en mi brazo), y jurar en arameo, sólo logro colocar un tornillo. El segundo, me resulta imposible. 


Si desatornillo e invierto el orden de montaje, siempre el segundo se queda sin entrar.

Así que desmonto el escudo y veo que el tornillo izquierdo (por ser el segundo en intentar montar) no es capaz de entrar en su rosca, rozando el exterior. Por supuesto, desmontado, ambos tornillos entran de forma suave y hasta el final.


De hecho, y tras varios intentos, con los tornillos de origen y con los del escudo retirado (que parecen iguales) me toca pedir ayuda a mi padre, que con un macho adecuado, arregla las roscas del escudo, que ya notan el esfuerzo y no dejan entrar el tornillo original con suavidad.

Tras dejarlo todo otra vez operativo, intuyo que el problema viene dado por la falta de alineación (escasa pero real) entre los agujeros de la cerradura y los del escudo, de desplazan los tornillos e impide que ambos puedan roscar a la vez.

Así que, pongo broca para metal... y a agrandar los agujeros por los que pasan los tornillos de los escudos:



Y dicho, y hecho. Un poco más de holgura, y todo instalado. Montar de nuevo el embellecedor, y puerta acabada.



A pesar de que acabo de conseguir un incremento importante (por muy poco dinero) en la seguridad de mi hogar, sigo desprotegido contra un sistema nuevo, denominado bumping, y que no se puede solucionar a nivel de usuario. Pero... ya estoy pensando en ello.

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1 comentario:

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