Cita del día.

domingo, 7 de febrero de 2016

Sustitución de luces en campana extractora por mazorcas LED.

Sigo erre que erre empeñado en ir cambiando las luces incandescentes de mi casa por otras de diodos LED, con menor consumo, mayor duración, y sobre todo, luz fría. Me encanta la luz con una temperatura de color superior a los 4000 Kelvin, así que sigo haciendo experimentos para ver resultados.

En esta ocasión le ha tocado a la campana extractora de la cocina. Lleva un par de luces auxiliares que además de dar visión en las labores de cocinado, sirven para dar un poco de luz a la cocina durante la noche, cuando te levantas a beber o a coger algo del frigorífico y no quieres deslumbrarte.



Lo primero, presentaros las luces instaladas actualmente. Dos bombillas incandescentes, con rosca de 14 mm y 40 W de potencia, con su característica luz amarillenta:



Aunque he aprovechado para limpiar los filtros de grasa, no es necesario desmontar nada para la realización de este brico. Únicamente, eso sí, los difusores de las propias lámparas.





Y ahora las sustitutas:







Las he comprado en aliexpress, y he elegido un modelo (dentro de las opciones de este fabricante) medio, con 72 LED del tipo 5730SMD, y, se supone que, 25 W de potencia. Digo que supuestamente porque no he tenido un rato para medir la corriente consumida y llegar a conclusiones. 

Las características del fabricante completan la información indicando que emiten 2500 lúmenes y una temperatura de color de entre 6000 y 6500 Kelvin.

En el momento de adquirirlas, el par no ha llegado a los seis euros, con gastos de envío incluídos.

Se puede apreciar que lleva unos agujeros en el plástico envolvente. Supongo que son para que se refrigeren los LED:


Comparando tamaños, es bastante más larga, pero como ya sabía que podría entrar en el hueco, no me preocupa. También es ligeramente más estrecha.


Una vez instalada en su alojamiento, sin problema alguno de colocación por sus dimensiones:


Y ahora, comparamos cantidad y calidad de la luz con la anterior:


Aparentemente, da más luz, y además, con un tono mucho más frío, como a mí me gusta:


Una vez instaladas ambas bombillas, vemos como queda la iluminación definitiva:


Y ya, colocando los difusores de plástico que protegen además la instalación de los vapores del cocinado:



Como conclusión, un cambio muy acertado. Estéticamente ha quedado precioso, el coste no ha sido elevado, y se supone que ha bajado el consumo a cerca de la mitad del original. El tiempo dirá si la duración de las lámparas es la indicada, y a falta de confirmar con un amperímetro de corriente alterna su consumo real, estoy más que satisfecho.

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